martes, 14 de julio de 2015

Cristales y piedras… Cómo funcionan y qué hacer con ellos

*Momento esotérico #001. Aflójese la corbata (o desabróchese el sostén) y quítese los zapatos, sin descuidar que el turbante no se caiga.*

Los seres humanos somos formas de conciencia, de la misma manera que las plantitas y los animales... al igual que las piedras y los cristales. De hecho, estos últimos nos llevan la enorme ventaja de estar acá, presentes en la Madre Tierra, como los testigos silenciosos de miles y miles de años de historia. Sí, son muy sabios y generosos, siempre que les (y "nos") permitamos ser parte de nuestro mundo.

Ya no recuerdo si leí o vi en un video que los cristales funcionan igualito que una amistad (¡y es cierto!): llamar a tu amigo, sentirlo/mantenerlo cerca, preocuparte sinceramente por cómo está, por su bienestar... todos estos son, en suma, detalles que nos permiten cultivar un vínculo muy lindo con otro ser, que se nutre y se fortalece en el tiempo, que en forma desinteresada se retribuye. Y el lazo que podemos crear con un cristal responde a la misma lógica, lleva la misma magia. Podríamos decir, entonces, que un cristal es algo mágico, como un talismán: mientras que esté en manos de alguien que esté plenamente convencido de que funciona, que lo cuide y lo valore, el cristalito o la piedrita va a activar y hacer mucho por nosotros.  :)

...peeeeero (siempre hay un pero), no hay que olvidarnos de mimar, de darle cariño al cristal. Llevarlo en tu bolsillo, por ejemplo, dormir con él bajo la almohada, usarlo atado en el cuello: estas son formas ideales de tenerlo cerca y de trabajar en forma personalizada.Tiene que haber contacto constante e intención para que la magia aparezca (oh, yeaaaaah).

Cuando un cristal recién llega a nuestras manos, lo mejor es limpiarlo. No, no se trata de "bañarlo" con agua y jabón. Cada uno tiene su forma: mientras que algunos métodos son ideales para unos, otros pueden ser "letales" para otros (por ejemplo, el agua limpia a algunos, pero haría que otros se disolvieran). Por eso hay que tener cuidado para hacerlo.

¿Y por qué limpiarlos? Porque absorben la energía. Sip. Actúan como una esponja que atrae y concentra la "mala vibra" (realmente no me gusta caer en los chiclés new age, pero a falta de un mejor término, sepan disculpar). Y por esto mismo tenemos que estar atentos a limpiarlos de esta "mala vibra", para que no se rompan ni estallen (sí, esto también ocurre si no los cuidamos bien). O en otras palabras: pensá en el cristal como en una PC que se cargó con miles y miles de virus... cada tanto hay que pasarle el antivirus para que no colapse y siga funcionando.

...pero así como una PC tiene sus programas para funcionar y necesita enchufarse o cargar su batería para operar, un cristal es igual. No basta con limpiarlo: requiere "algo más" para poder desplegar su potencial y asumir su rol de aliado. Por eso debe cargarse.

Imaginate un auto. Es un vehículo con ruedas que te puede llevar a miles de lugares para conocer nuevos destinos y vivir nuevas experiencias. Pero… ¿Qué pasa si no le ponés combustible? No pasa nada. Todo su potencial se reduce a cero y, aunque pisemos el acelerador, movamos la palanca de cambio o le tiremos un besito vengador al espejito retrovisor, nos vamos a quedar en el mismo lugar. Como cualquier otro vehículo, necesita “algo” que lo active, que lo cargue. Necesita nutrirse de alimento, de energía, igual que nosotros respiramos, bebemos o comemos, de la misma forma en que nosotros también necesitamos cariño y buenas intenciones.

¿Y cómo limpiar y cargar un cristal? La próxima te lo cuento.  ;)

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